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Rocío Fernandes

Hola, mi nombre  es Rocío Fernandes, tengo 24 años. Soy gorda desde que tengo uso de razón. Recuerdo desde chiquita que mamá me decía ¡hija por favor come poquito! O ¡basta de comer! Aprovechaba ir a los cumpleaños para comer desaforadamente y sin que nadie me controle. A los 12 años empecé la nutricionista. Me costaba muchísimo hacer dieta, lloraba cuando me decían eso no lo podes comer. Seguí atravesando mi pre adolescencia gorda, siempre sufriendo. Nunca me podía comprar la ropa que mis amigas usaban porque no existían para gordos. Se acercaban mis 15, la fiesta tan soñada. Pero yo iba a ser la gordita de siempre. Hice dieta, camine por un tiempo y baje unos kilos. Era un poquito menos gorda, pero yo me seguía sintiendo mal. Lo único que me ayudaba era que yo tengo siempre un ánimo muy  alto, entonces disfrutaba de los momentos, pero cuando llegaban los recuerdos en fotos. Decía, mira lo que soy ¡una vaca! Me desmerecía. Vivía siendo discriminada en la escuela por mi cuerpo, por mi peso. Los chicos no me miraban, mis amigas estaban todas de novias y yo ya casi no salía, me quedaba los sábados llorando porque era ir a pasarla mal. En ese tiempo cuando salía me emborrachaba para pasar la noche. Hasta que a fines de mis 16 me puse de novio, me empecé a valorar un poquito más. Pero como estaba de novio me relaje, había épocas que hacía dieta y épocas que no me importaba nada y comía. Así pasó el tiempo, llego el 2010, el año que egresaba del colegio y obviamente tenía que adelgazar. Nuevamente retome nutricionista, cambié de profesional pensando que por ahí las anteriores “no habían dado con la tecla”. Ese año me puse un poco las pilas y baje 12 kilos, caminaba una hora y media por día. Pero llego Bariloche y en mi caso vino acompañado de un accidente dónde me quebré pierna y brazo, por lo que por dos meses no pude hacer más nada. El tiempo pasó y yo seguí comiendo y sin actividad por lo que dé a poco recupere todos los kilos perdidos. En el 2011, me vine a Pergamino a estudiar. Muchos cambios, vivir sola, no conocía a nadie, independizarme, hacer todas las tareas del hogar, manejar la plata y ni hablar del gran cambio colegio-Facultad.  Ese  año fue un año horrible, sentimientos muy encontrados, me había ido muy mal en la Facultad, sumado a problemas personales. Todo lo canalice con la comida, engorde 25 KILOS ESE AÑO. Era muy triste verme. Estaba dejada totalmente. Me volví en noviembre a mi casa, empecé psicóloga, nutricionista nuevamente. Y en febrero volví para Pergamino para recomenzar mi vida, tratando de ordenar mi vida. A fines del año anterior había terminado con tiroides, hipotiroidismo, medicada. En el 2012, trate de ordenar, pero sólo lo pude hacer a nivel académico. Me anotaba al gimnasio en agosto porque pensaba ¡no puedo llegar tan gorda al verano! Iba un mes y las excusas ganaban nuevamente y dejaba todo otra vez. En el 2013 empecé una nueva nutricionista (ya me sabía las dietas de memoria, pero yo necesitaba que alguien me controlara), hacia poco y nada de ejercicio. En un año y medio logre bajar 12 kilos y llegue a pesar 97 kilos. Me sentía una diosa, (obviamente no lo era, pero los autoestima estaba mucho mejor). Pero llegó octubre de 2014 y toda mi vida empezó a cambiar. Una de mis más amigas se enfermó del maldito cáncer, y todo se empezó a derrumbar, yo empecé a canalizar comiendo. Todo lo que me pasaba lo “resolvía” comiendo. En marzo mi amiga falleció y ahí entre en una depresión terrible. Lo único que hacía era estar en la cama y comer. Termine con psiquiatra, psicólogo, medicamentos y muchas cosas por resolver. En ese 2015 resolví muchas cosas de mi vida, pero lo que no pude resolver fue tema “comida”. A fines del 2015 pesaba 122 kilos! (UNA LOCURA). Para esto, en Agosto de ese año ya había empezado a pensar tema cirugía, pero me costaba afrontarlo. A mi familia le daba miedo y demás. En octubre me senté con la decisión tomada y hablé con mi familia, les dije en enero empiezo todo el tratamiento para operarme. Ellos me acompañaron en todo.
El 10 de enero tuve mi primer consulta con Luciano, con 122.200 kilos empecé el tratamiento. A la par con Mariana Y Sabrina. Me enseñaron muchas cosas, aprendí mucho, me costó, me costó muchísimo. Me tenían que cambiar el chip, y eso fue muy difícil, la luche mucho. Bajaba 3 y subía 2. Hasta que logre bajar 9 kilos. En Agosto me llegó RECHAZADA mi autorización, lloré día y noche sin consuelo, quería largar todo; pero algo dentro me decía espera Rocío, tranquila.
 Y así fue, un 6 de septiembre fue a una sesión con Mariana muy desganada, con la cabeza totalmente en la Facultad. Y Andrea me recibió con una sonrisa y me dijo ¡tengo buenas noticias para vos! Empecé a temblar, al mismo tiempo me lo crucé a Luciano en el centro y me dijo, veni a verme que tengo fecha para vos. Se me caían las lágrimas de felicidad. Me temblaba el cuerpo. (Encima no tenía batería y por lo tanto no podía transmitírselo a nadie). Entre al consultorio de Luciano y me dijo el 28 de septiembre te operas, anda a ver a Marisol que el 14 empezas la líquida. Me dio todas las indicaciones y pase al consultorio de Marisol, la cual tuve el placer de conocer, Mari me dio todas las indicaciones y por último seguí por el consultorio de Mariana. Esa sesión fue terrible, no coordinaba, no caía. Lloraba de emoción, sentimientos encontrados. Llegue a casa llorando y empecé a llamar a todos. Todos lloraban conmigo. Mi vida empezó a cambiar rotundamente , uno de mis sueños ser estaba por empezar a cumplir. El 14 empecé la líquida, en el medio tuve los 50 de mi papá, todos comiendo y tomando. Y yo a leche y yogurt, pero feliz. No me importaba nada! Llegó el 28 y ahí mi vida cambió por completo. Que placer sentirte tan útil, tan ágil, con tantas ganas. Empecé el gimnasio, mi comida diaria era totalmente otra, todo el tiempo planeó comidas sanas y ricas.
El martes me operaron medio a urgencia de la vesícula. Hoy ya en casa más tranquila, sigo agradeciendo a Dios haber tomado esta decisión. Y de este grandísimo grupo de profesionales que me acompaña ya hace un año. Impecable el trabajo de todos, pero yo voy a resaltar el trabajo de mi amado cirujano, psicóloga y nutricionista. Luciano, Mariana y Marisol. Realmente están todo el tiempo para el paciente, no me dejaron nunca sola, siempre me resolvieron las dudas, me acompañaron en todo momento, siempre con un mensaje o un llamado están. No tienen domingos, ni feriados, siempre al pie del cañón. Eso es grandioso, son profesionales y personas de oro, que realmente se hacen querer. Yo puedo decir que me salvaron la vida. No puedo dejar de nombrar a Andre, nuestra tan querida Secretaría, que si hay algo que admiro es su memoria, ella se acuerda de TODO. No se olvida ni un detalle, eso es grandioso. Y obviamente también agradecer al resto del equipo impresionante que tenemos, que todo el tiempo piensan y hacen todo para mejorar la calidad de vida del paciente. Hoy no tengo mi peso justo, pero hasta el viernes 6/01 llevaba bajado 35.800 kgs., pesando 86.400 kgs., sin tomar ninguna medicación para la tiroides, con hábitos saludables. Todavía me falta un poquito para mi peso ideal, pero ya amo esta vida. Sólo puedo decir NO  ES FÁCIL, CUESTA! TODO EL TIEMPO SE LUCHA. HAY MOMENTOS DE MENOS GANAS, PERO ESTAMOS ENFERMOS Y ES ALGO CRÓNICO. PERO CON PERSEVERANCIA Y VOLUNTAD SE LLEGA LEJOS. SÓLO DIGO ¡¡¡¡GRACIAS!!!!